lunes, 9 de julio de 2012

Fútbol para algunos y caro

El Fútbol para "Todos" costó $ 4000 millones en tres años. Incluye lo que se le pagó a la AFA, la publicidad oficial y la producción; críticas a la falta de control
Por: Alejandro Casar Gonzalez
Cuando faltan pocos días para que se cumplan tres años de su creación, el Fútbol para Todos lleva gastados casi $ 4000 millones. La cifra, basada en datos publicados en el Boletín Oficial y en estimaciones privadas, se conoce en un contexto de fuerte retracción en las cuentas públicas que tiene como principal evidencia la tensión entre los gobiernos de la Nación y de la provincia de Buenos Aires por los fondos para pagar sueldos y aguinaldos.
El programa creado en agosto de 2009 para estatizar las transmisiones de los partidos de fútbol ya usó $ 2275 millones para el pago de derechos a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), $ 1044 millones en publicidad oficial y $ 678 millones en gastos de producción, emisión y comercialización.
El rubro que más llama la atención al examinar los números de las tres temporadas del Fútbol para Todos es el de la publicidad. De los seis torneos que el programa estatal transmitió, sólo uno (el Apertura 2009, ganado por Banfield) tuvo publicidad privada.
En el verano de 2010, por una decisión política de Néstor Kirchner, el grifo se cerró. Desde entonces, en las transmisiones sólo se promocionaron actos de gobierno y de empresas estatales. Si bien las reparticiones oficiales explican que la pauta oficial del Fútbol para Todos no tiene costo, y que las transmisiones de los partidos son un vehículo fenomenal para la maquinaria propagandística del Estado, los segundos que el gobierno utiliza en el fútbol sí tienen un valor de mercado.
Antes de que se prohibieran los anunciantes privados, la página oficial del Fútbol para Todos publicó un tarifario para todos aquellos que quisieran mostrar su logo durante la vidriera de los partidos. Sobre la base de esos valores, la consultora Search realizó un informe sobre la publicidad oficial al que tuvo acceso La Nación. El Gobierno gastó $108,71 millones en el Apertura 2009; $312,69 millones en toda la temporada 2010; $375,16 millones durante 2011 (incluye una rueda de la B Nacional, torneo que contó con la presencia de River), y $247,65 millones en el primer semestre de 2012 (incluye la segunda rueda de la B Nacional y la Copa Argentina). De las cifras se desprende que el torneo con más publicidad oficial fue el Clausura 2011, con $165,72 millones.
En cuanto a la producción de los partidos, un puñado de empresas se reparte la logística de las transmisiones desde que comenzó el Fútbol para Todos. En 2009, y por contratación directa, se adjudicó la producción general a la empresa La Corte, de los hermanos Monzoncillo, habituales productores de los actos en la Casa de Gobierno desde la llegada del kirchnerismo al poder.
En ese momento, el entonces interventor del ex Comité Federal de Radiodifusión (ComFeR), Gabriel Mariotto, justificó la elección de La Corte en el "poco tiempo" que había tenido el Gobierno entre la rescisión del contrato con la empresa Trisa (dueña anterior de los derechos televisivos) y el comienzo del Apertura 2009. La Corte cobró $7,64 millones por el primer torneo, mientras que le empresa VTS S.A., que se encargó de los móviles, recibió $8,8 millones. Entre todas las tareas de producción y logística, el Fútbol para Todos insumió $45,5 millones en el segundo semestre de 2009.
En 2010 volvieron a hacerse licitaciones, y ganaron los mismos. La Corte en la producción ($26,49 millones), VTS en los móviles ($17,87 millones) y Farolito International Entertainment por "servicios de producción técnica integral y servicios de relator y comentarista de primer nivel" ($8,40 millones), según consta en el pliego original. Farolito International Entertainment pertenece a Luis Cella, histórico productor de Susana Giménez, y a Víctor Tobi. En 2011, La Corte ganó otra licitación ($4,88 millones, por "procesamiento de información"). No hay datos en la página de la Oficina Nacional de Contrataciones sobre los compromisos asumidos en 2012.
Ya en 2009, el Gobierno corrigió las desviaciones presupuestarias con partidas extras: en 2010 se contabilizaron $206,7 millones más, agregados al Consolidado de Gastos de la Administración Pública Nacional. En ese momento, se explicó que la suma era para "gastos asociados a la emisión y comercialización". En 2011, y también de acuerdo con el reporte oficial de gastos de la Administración Pública, el dinero extra para el Fútbol para Todos ascendió a $189 millones.
El multimillonario gasto del Fútbol para Todos y el casi inexistente recupero de la inversión (en estos tres años, la estimación de ingresos por publicidad privada apenas alcanza los $220 millones, un 5,5% de las erogaciones) ridiculizan una de las promesas más entusiastas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la hora de presentar el programa de estatización de las transmisiones en agosto de 2009: "Este contrato (...) obligará a una reorientación de la pauta oficial. Luego se financiará por la comercialización del producto. Eso es lo que garantizará el pago del mismo y estoy segura de que va a exceder. El excedente irá a la AFA y a la promoción del deporte olímpico". Tres años después, no hay excedente. Sólo gastos multimillonarios.
Pero el plan de Fútbol para Todos ha sido muy útil para la estrategia comunicacional del Gobierno. No sólo le sirvió para correr del negocio al grupo Clarín sino que también se transformó en un vehículo privilegiado para la difusión de mensajes oficiales. Sin embargo, ha quedado bajo las críticas de la oposición y de las ONGs por la falta de claridad en los gastos que implica para el Estado.
Un difusor privilegiado del discurso kirchnerista
Por: Mariano Obarrio | Twitter: @marianoobarrio
Cuando el fallecido ex presidente Néstor Kirchner lanzó el programa Fútbol para Todos, en agosto de 2009, su objetivo principal era complicarle el negocio del cable al Grupo Clarín. En la Casa Rosada dan hoy por cumplido ese objetivo: los kirchneristas creen haber frenado la expansión de Clarín sobre la televisión por cable en el interior.
La segunda meta era política: llevar en forma gratuita a todos los rincones del país la transmisión de los torneos de fútbol de primera división que hasta entonces sólo podían ver los abonados que pagaban un canon a sus servicios de TV por cable.
Un tercer objetivo surgió algunos meses después del lanzamiento. Las metas comerciales fracasaron. El Gobierno no pudo vender el espacio publicitario al sector privado por el altísimo costo de las tarifas, mucho más alto que el que ofrecía TyC Sports.
Cuando el Gobierno advirtió ese traspié, aprovechó la pantalla de Fútbol para Todos como canal de difusión del relato político oficial. La saturó de spots publicitarios del Gobierno, incluso durante el partido, en los denominados "zócalos" (parte inferior de la imagen). La producción de esos avisos corresponde a la Secretaría de Comunicación, supervisada por el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y por el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro.
El peor fracaso de Fútbol para Todos fue la utilización de los recursos del Tesoro nacional para "salvar a los clubes" de fútbol. Pero eso no ocurrió porque hoy el Tesoro paga el doble a la AFA y los clubes siguen fundidos. Un ministro admitió a La Nación que "fue el gran fracaso" de Fútbol para Todos.
Es por ello que ahora el Gobierno vigila de cerca al presidente de la AFA, Julio Grondona. Abal Medina y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, transfieren los recursos por tramos y van auditando la ejecución que ejerce Grondona hacia los clubes.
Otro canal de publicidad, más encubierto y menos formal, son los relatos de Marcelo Araujo y Julio Ricardo. Mechan la descripción del juego con ideas fuerza del discurso oficial: promueven políticas del gobierno de Cristina Kirchner y promocionan el programa oficialista 6,7,8 , que sucede a Fútbol para Todos y aprovecha el arrastre de su alto rating.
Más allá de que existen relatores menos comprometidos con el relato oficial, como Rodolfo De Paoli o Gustavo Kuffner, surgió un "relator militante", tal su apodo: Javier Vicente. Sigue los partidos de Banfield, el club de Gabriel Mariotto. El vicegobernador bonaerense era además jefe político de Pablo Paladino, el coordinador general de Fútbol para Todos que desde julio de 2011 pasó a ser presidente del club Los Andes, de Lomas de Zamora, el territorio de Mariotto. Hoy Paladino está alineado con Abal Medina.
Uno de los éxitos del programa, cuyo productor general es Gustavo González y su asesor creativo es Luis Chela, fue llegar a todo el país. Tiene audiencia cautiva en todo el electorado del territorio nacional, vía antena terrestre o antena satelital.
De paso sirvió a dirigentes menores del kirchnerismo. Hace tres meses, el jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, el santafecino Agustín Rossi, capitalizó la gestión ante Paladino de la transmisión de un partido de Rosario Central "de alto interés para los rosarinos". Casi una cuestión de Estado.

En la cancha, muy pocos resultados
Por:Daniel Arcucci | Twitter: @darcucci
Fútbol para Todos es fútbol para todos. Eso, en un país (y en un fútbol) donde la mayoría de las propuestas quedan en pretenciosos enunciados, no es poca cosa. Los partidos se pueden ver en catarata, desde la mañana hasta la noche, sin límite alguno. El aficionado, el fanático, agradecido: verlo o no verlo queda a su exclusiva elección, sin pago de por medio. Para él, sin duda, la situación ha mejorado.
Ahora bien, si del cruce de palabras y del millonario aporte que el Estado hace, uno se preguntara si "todo para el fútbol" ha servido para mejorar en algo la actividad, el juego mismo y las condiciones en las que se desarrolla, la respuesta no debería ser positiva ni mucho menos.
Hace tres años, cuando los goles fueron "liberados", la historia comenzó con un reclamo de Futbolistas Argentinos Agremiados, en la voz de su secretario general, Sergio Marchi, por deudas de la mayoría de los clubes con sus futbolistas. Hoy, cuando falta menos de un mes para que comience un nuevo torneo (nuevo porque comienza, no porque haya cambiado como debería), Marchi vuelve a advertir sobre las deudas con los futbolistas, lo que mantendría inhibidos a 11 de los 20 clubes de primera división, entre ellos 4 de los 5 grandes.
Difícil que la situación cambie si no cambia la filosofía de la dirigencia futbolística argentina: si reciben 100, gastarán por 150; y si reciben 150, gastarán por 200. Controles no hubo, no hay y debería haber (se anuncian, a partir de ahora), sobre todo si es el Estado el que aporta el dinero para financiar una actividad como el fútbol, tan poco proclive a ser controlada. Quien lo hace, en todo caso y desde hace tres décadas, es Julio Humberto Grondona, con todos los clichés del clientelismo político del conurbano bonaerense.
Hablar del juego siempre es opinable, pero hasta el más fanático debe admitir que debajo de los finales emocionantes se esconde un nivel decadente. Si los buenos jugadores que aparecen se quedan más de una temporada por aquí, no hay que atribuirlo a la buena gestión dirigencial, sino a la crisis europea, que no les permite a los clubes de allá desembolsar los millones que desembolsaban antes. La histeria ya forma parte de la idiosincrasia futbolera local y los DT duran un suspiro en sus cargos, apenas un poquito menos de lo que duran los torneos. En la estadística hay que anotar que los campeones se consagran cada vez con menos puntos y también, lamentablemente, la lista de víctimas: 10 muertos en un semestre dan cuenta de que la fiesta del fútbol tiene una contracara, muy oscura, en la que la pasión por los colores queda oculta bajo la mezcla de intereses económicos y políticos. Mafiosos. Y cuando aparece un dirigente distinto, con otro discurso y otras ideas, como Javier Cantero en Independiente, rápidamente se lo identifica: por lo solo que queda.
Suena a ironía, pero no lo es. Un aporte de Fútbol para Todos que ha servido para mejorar el espectáculo y su organización se advierte cuando la pelota no rueda: los entretiempos duran rigurosamente 15 minutos.

Una cuenta polémica y muy poco transparente
Por: Luciana Díaz Frers
El gasto devengado en 2011 para el programa Fútbol para Todos fue de 675 millones de pesos. Parece un monto relativamente pequeño cuando se lo compara con el total del gasto nacional, ya que se llevó solamente el 0,18% del presupuesto.
No obstante, todo es relativo. Este monto fue casi tres veces lo que se gastó en la cuestionada Biblioteca del Congreso. También fue superior a dos importantes programas del Ministerio de Salud, como el de lucha contra el sida y enfermedades de transmisión sexual, y fue apenas menor que lo que este mismo Ministerio gastó en el programa de atención de la madre y el niño.
Se gastó más en el Fútbol para Todos que en el seguro de desempleo que instrumenta el Ministerio de Trabajo. O en los fondos que tiene el Ministerio de Industria. Hasta la Corte Suprema de Justicia gastó menos que el programa Fútbol para Todos. El Ministerio de Ciencia (sin incluir en ello al Conicet) y el Senado de la Nación gastaron montos similares. La Cámara de Diputados de la Nación tuvo un presupuesto casi un 40% superior al de Fútbol para Todos.
Por otra parte, todas las sedes diplomáticas de la Argentina en el exterior no llegan a duplicar el gasto si se lo compara con el presupuesto destinado a Fútbol para Todos. Como programa estrella, el plan Conectar+Igualdad.com.ar sí lo supera, al llevarse casi cuatro veces el monto que se gastó en Fútbol para Todos.
Todo esto sucedió en 2011. Para 2012 sería interesante saber cómo viene la ejecución de este programa y sumar Automovilismo para Todos, que también está manejado por el Poder Ejecutivo. Sin embargo, ya no hay información disponible. Hasta el 18 de diciembre de 2011 era posible conocer detalladamente la ejecución presupuestaria nacional, es decir, cualquier ciudadano con acceso a Internet podía conocer exactamente cuánto gastaban cada ministerio y entidad del gobierno nacional, cómo se distribuía el gasto nacional en las provincias y cuánto se destinaba a cada uno de los programas mencionados. Esta información se solía actualizar semanalmente. Pero desde fines del año pasado esa información ya no está disponible para la ciudadanía.
Esto implica un fuerte retroceso en materia de transparencia presupuestaria. Lo más grave es que no es la única información faltante. Ya no están disponibles los informes trimestrales de la seguridad social, ni es fácil acceder a la información del gasto consolidado entre el gobierno nacional, las provincias y los municipios. Y no es que la información no exista sino que ya no es accesible al público.
En este contexto, resulta imposible monitorear el destino de los recursos públicos. Ya no es posible proponer mejoras en las políticas públicas sobre la base de la evidencia que proporcionan los números. La sociedad civil, la oposición o cualquiera que no esté en el gobierno debe navegar a tientas si quiere analizar el desempeño de ciertas áreas de gobierno.

Críticas con matices entre los opositores
La mayoría está de acuerdo en mantener el programa, aunque cuestionan su "uso propagandístico"
Entre los dirigentes de la oposición es unánime la crítica al "uso propagandístico" que hace el Gobierno de Fútbol para Todos. Pero no todos los sectores están de acuerdo sobre qué habría que hacer en el futuro con el programa, si eliminarlo o sólo reformarlo.
De cuatro diputados opositores consultados con La Nación, solamente uno propuso abolir el programa que garantiza el acceso gratuito a los partidos de fútbol de primera división, a partir de su emisión en los canales de aire. "A todos nos gusta el fútbol, pero en circunstancias de crisis, con deficiencias importantes en las prestaciones de salud, seguridad y educación, considero prioritario que esos recursos, que son más de 700 millones de pesos al año, se apliquen a otras cuestiones más urgentes", dijo el diputado Gustavo Ferrari, del Frente Peronista. "Una vez cubiertas esas necesidades, se pueden destinar recursos para otras cosas, como el fútbol", agregó.
En cambio, los diputados Federico Pinedo (PRO), Ricardo Gil Lavedra (UCR) y Juan Carlos Zabalza (Frente Amplio Progresista) se manifestaron a favor de que el programa continúe, aunque con modificaciones para evitar un desembolso de fondos tan grande de parte del Estado. "Es positivo que todos puedan acceder al fútbol. Pero no creo que tenga que financiarlo el Estado. Los anunciantes tendrían que ser privados. No puede ser una vidriera de propaganda gubernamental", sostuvo Gil Lavedra. El diputado no definió si estaría de acuerdo en que el Estado siguiera aportando al menos una porción de lo que actualmente cobra la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Una postura parecida asumió Pinedo. "No está mal que los partidos se den gratis por TV, en la medida en que se pueda pagar. Eliminar el programa no es una prioridad, pero sí no usar los recursos para hacer propaganda política", dijo el jefe del bloque de Pro en Diputados. De todos modos, para Pinedo "habría que evaluar si hay otras prioridades más urgentes que atender con esos recursos".
Juan Carlos Zabalza, presidente de bloque del Partido Socialista, pidió modificar el programa. "Por lo menos, habría que tratar de cambiarlo un poco para que deje de ser una maquinaria propagandística", sostuvo. El dirigente socialista sugirió encontrar un "camino intermedio", por "lo que el fútbol significa para la población". Según Zabalza, "hay una gran inversión en valores culturales que se puede transmitir, como hace el canal Encuentro".

Los gastos de los derechos de transmisión
Uno de los ítems más señalados del acuerdo entre el Gobierno y la AFA fue el del pago de los derechos. En 2009, cuando se creó el programa Fútbol para Todos, se aprobó un monto de $ 600 millones anuales. Esa cifra se abonó en partidas mensuales en forma regular. En diciembre de 2011, se aprobó el agregado de nueve cuotas mensuales de $ 25 millones, desde diciembre de 2011 hasta agosto de 2012. Por ahora no está claro si a las primeras cuotas de la temporada futbolística 2012-2013 se les asignará algún tipo de aumento. En el ámbito gubernamental hasta ahora no se adelantó la posibilidad de que haya un nuevo aumento.
Fuente: Diario La Nación
Ver anterior: Producir el fútbol para todos cuesta más caro

Desmienten y califican de burda operación el ataque a Fútbol Para Todos publicado en La Nación
Las autoridades del programa Fútbol para Todos calificaron hoy de "burda operación" los datos publicados hoy por el matutino La Nación referidos al costo del programa Fútbol para todos en el período 2009-2012.
Pablo Paladino, coordinador general del Programa, en declaraciones a TelAm, se mostró sorprendido por la cifras que figuran en la nota de tapa del diario La Nación -4.000 millones de pesos en tres años.
"No entiendo si es por desinformación, capciosidad o simplemente una burda operación de prensa que intenta tratar de recuperar para sus socios del Grupo Clarín el negocio del Fútbol Codificado, es decir restringido a aquellos sectores que lo pueden pagar" manifestó Paladino a TelAm.
Paladino continuó señalando que "no solo la cifra es inexacta en lo que refiere a lo que se abona a la Asociación del Fútbol Argentino por los derechos de televisación sino también más que duplica los costos de transmisión".
Y se preguntó "si es probable que los irrite la calidad de la transmisión alcanzada y la eficiencia en los costos que tiene el programa".
Al respecto, informó que desde que el Estado Nacional se ha hecho cargo de la transmisión del futbol, este no solo es gratuito sino que también "han mejorado notablemente las transmisiones incorporándose la alta definición y eso sin mencionar el fin de semana en que se definieron en forma casi simultánea el campeonato de la primera A y el Nacional B".
"Hemos transmitido en forma simultánea cinco partidos el sábado y siete el domingo marcando un record sin precedentes", afirmó el coordinador de "Fútbol para todos".
"Pero el colmo de la nota es la valorización de la publicidad oficial emitida durante los partidos, que según la nota del diario de los Mitre excede los mil millones de pesos y que para el lector distraído podría sonar como si se hubieran efectivamente gastado", señaló.
En lo que a este punto respecta, Paladino recordó que existe una decisión del gobierno de privilegiar ese canal masivo que es el fútbol para acercar a la sociedad el abanico de políticas públicas que el gobierno desarrolla "en lugar de comercializar entre privados la venta de segundos, es por esto que los mismos no tienen costo adicional para el estado nacional".
"Es tan importante el fútbol para los argentinos que, por solo mencionar alguna, las campañas de vacunación mejoran notablemente su rendimiento cuando por allí se informan", destacó el funcionario.
La referencia a los otros destinos que se podrían haber remitido los fondos "es otro de los puntos bajos a los que recurre la nota", afirmó Paladino.
"Sería como preguntarnos todos los días cuántos medicamentos se podrían comprar con lo que se gasta en el Teatro Colón, o en que otra forma de expresión cultural en la que el estado invierte recursos y le guste o no al diario la Nación el fútbol es una expresión de nuestra cultura popular tan respetable como las otras", finalizó el funcionario.

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