martes, 24 de abril de 2007

¿Quién manda en el noticiero de la tv pública argentina?

Rosario Lufrano: socia o víctima de la burocracia sindical?
Visión7: El punto débil de "la Dama Fuerte" de la televisión pública
La consolidada directora de canal 7 puede, en menos de un año de gestión, exponer los logros de una pantalla con una calidad en contenidos sin antecedentes en la emisora estatal. Partiendo de un análisis responsable y desprejuiciado de la situación en la que lo encontró, expuso en su discurso de asunción, en mayo de 2006, lo que consideró los 7 pecados capitales de canal 7 : la caracterización de los motivos de su decadencia innegable, de la que se recupera con brillo. Respaldada por los hechos su presentación de la nueva programación, este 26 de marzo, dio motivos para el entusiasmo. A la llegada del recambio tecnológico tras 30 años de desinversión y vaciamiento le sucedió la renovación total de la pantalla recuperando el espacio para la cultura, la ficción, el público infantil, los documentales y el debate de las ideas. Evidentemente el acierto de divorciarse de la guerra por el rating redundó en prestigio y también en audiencia. En este punto también puede ostentar el blasón de haber recuperado decenas de repetidoras que permiten que Canal 7 pueda llegar en forma gratuita a mas de 27 millones de argentinos (serán 30 millones en el transcurso del año). Lo llamativo en este contexto es el fenómeno que padece el noticiero, Visión7, en sus versiones diarias, cuya merma en calidad y en credibilidad lo sacó y puso muy lejos del lugar privilegiado que tenía como programa mas visto de “la televisión pública”, aún cuando recibió en proporción mas recursos que el resto del canal.

Lo que se vería, si se viese
Visión7 cuenta sólo con 2 profesionales que tienen credibilidad propia por su trayectoria: la misma Rosario Lufrano, que lo conduce a las 21, y la meteoróloga Nadia. El resto de sus conductores y columnistas, de muy desparejo nivel, necesita inexcusablemente de un soporte de producción y contenido periodístico de calidad, para poder tener la suya, y es lo que le falta al noticiero, que no hace más que reproducir el criterio editorial de las empresas de noticias privadas, que legítimamente esta supeditado (en ellas) a intereses mercantiles. Los temas de interés de la comunidad están ausentes en el noticiario público, que, además, carece casi por absoluto de información del interior del país, a no ser por coberturas que pide prestadas a los canales privados, o por los actos del presidente Kirchner (visión7 no cubre actos en el interior de ningún otro funcionario).Sin embargo el espectador desprevenido es sorprendido regularmente con el anuncio de coberturas e informes especiales que, por cierto, no eran habituales; pero la sorpresa es ingrata cuando se observa su baja calidad periodística. Vision7 llama pretensiosamente “informe especial” a una redacción escolar tapada con imágenes de archivo y con algún insert siempre del tipo “cabeza parlante”. Cada “informe especial”, además, rara vez supera los 3 minutos de duración, dejando más interrogantes que información, parcializando la historia y convirtiéndola en anécdota. Que la brújula periodística esta inocultablemente perdida queda manifiesto en que las dos coberturas más relevantes del año fueron la muy cuestionada primicia de la liberación de Luís Geréz y una crónica sobre la vida en una favela brasileña. En relación al caso Geréz, puede decirse, creyendo en la honestidad de los que participaron, que no sería más que producto de la casualidad. Respecto de la favela, el noticiero público esta tan alejado del pueblo argentino que gasta miles de dólares en cubrir el drama social en Brasil y desconoce la realidad local, aún la que se expresa en la villa Saldías, (a solo 200 metros del Canal tras las vías del ferrocarril) o en los niños que piden limosna en la esquina misma de la emisora.

La extorsión
Es que la directora del canal no mira el noticiero que ella conduce? Es que lo mira y no se da cuenta? Es que el noticiero que dotó de los mejores periodistas a las redacciones de los medios privados se quedó sólo con los mediocres? Es que éste es el nivel buscado y las pocas “perlas” de trabajo profesional, profundo, responsable y contextualizado, que pueden verse rara vez, son producto de la casualidad? La decadencia de Vision7 sucedió a la muerte de Ana d’eskalon, cuando la burocracia sindical, que compone desde hace 17 años la comisión interna de UTPBA (entidad que agrupa a la mayoría de los periodistas del noticiero estatal), consumó el acuerdo que hoy rige con el gerente de noticias Félix Arnaldo. Con una historia (abandonada) de valentía y resistencia a los embates privatizadores de la década menemista, y a la censura y la corrupción del bienio delaruista, los “muchachos” aprendieron a ponerle precio a la paz. Primero con el presidente de transición Eduardo Duhalde a quien le impusieron el gerente: fue Tico Rodríguez Paz (quien dilapidó el recuerdo que se tenía de su gestión al mando del noticiero en la postrimería menemista, considerada como la mejor que se había vivido profesional y gremialmente), aceptando como su segundo a Fernando Fraquelli (conocido “kiosquero” parlamentario y hombre de Carlos Ruckauf) hoy columista de Visión7. Conciente de lo que le debía a “los muchachos”, Rodríguez Paz fue el testaferro de la comisión interna de UTPBA, que era el verdadero poder ante la imperiosa necesidad de “gobernabilidad” del duhaldato. Comenzó entonces la ocupación de cargos estratégicos mediante concursos fraudulentos que encontró un escollo con la llegada, ya en gobierno de Kirchner, de la incorruptible Ana D’eskalon, la primera con un verdadero proyecto de periodístico para el canal estatal. En poco tiempo “los muchachos” enseñaron a D’eskalon como funcionaba la “máquina de impedir”. La funcionaria no tembló al disponer el corrimiento de Rodríguez Paz, para señalar quien mandaba, y realizó reformas que dotaron al noticiero de contenido periodístico y contexto, de los que hoy no quedan huellas. A los pocos meses, como señal de buena voluntad para con el sindicato UTPBA a nivel dirigencial -de buenas migas con su marido el periodista y diputado Miguel Bonasso-, D’eskalon negoció con la comisión interna el ingreso de nuevos periodistas con miras a profundizar el proyecto. Lamentablemente no pudo sostener todos sus frentes de lucha: el cáncer, la burocracia sindical y la inercia de la mediocridad en el noticiero de la televisión estatal. Ana D’eskalon murió en Cuba y su tarea se derrumbó trágicamente. Con un noticiero sin rumbo ni conducción la UTPBA generó conflictos en la puja por recuperar el poder perdido, que incluía una piedra en el camino como era Felix Arnaldo (a cargo de la gerencia pero sin la categoría y con tenebrosos antecedentes gremiales que incluyen el diseño de listas de despidos para la Alianza). La solución fue simple: se “casaron” con la piedra, quien gozaba todavía de la confianza de la flamante directora Rosario Lufrano, con lo que el conocido barrabrava de Nueva Chicago Jorge “Batata” Rodríguez (camarógrafo al que difícilmente se ve trabajando a excepción que sea en uno de los apetecibles viajes al extranjero) volvió a ser el gerente en las sombras. Instantáneamente volvieron los ingresos de los amigos a la gigantesca planta del noticiero y los nombramientos en los cargos de conducción mediante decreto o fraude de concursos. Consecuentemente los miembros de la incipiente oposición interna -no casualmente varios de los mejores periodistas de carrera del noticiero- fueron quitados de la pantalla y negados a cualquier oportunidad profesional. Por supuesto en un clima deseado, aunque forzado, de paz social para la gestión Lufrano quien cuenta (por ahora) con que no tendrá conflictos gremiales. Ella sabrá si el precio es alto, ya que tampoco tiene noticiero y las facturas por su mediocridad llegarán a su oficina y no a la de “Batata”.
(c)Esteban Laposta

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