jueves, 23 de agosto de 2007

Mediocres de comunicación

Por Juan Carlos Vennera*
Gracias a todos los que se contactan y gracias a quienes difunden la página remitiendo a sus amigos los avisos que mandamos para que lean el apunte. Ocurre que a veces llegan avisos de Remover de personas que no están en nuestra base de datos, y por ello, ¡mire qué genios que somos!, nos damos cuenta que están siendo reenviados nuestros apuntes.
Nuestro crecimiento de ingresos nos sorprende y nos obliga a esforzarnos para hacer algo relativamente presentable y fundamentalmente, que seamos creíbles.
En fecha 23 de agosto del 2006, o sea al año de haber iniciado el envío de nuestros apuntes ya que el primero se me ocurrió mandarlo como salutación por el día del abogado del año 2005, el número de ingresos en la página era de 24.855. En el momento que estoy escribiendo estos renglones, las dos y cuarto de la tarde de este jueves, tenemos 97.849 ingresos.
Un conocido que anduvo siempre en diarios, radios y algún que otro programa de televisión, me dijo: lentamente estás creciendo y lo mejor es que contás lo que realmente sucede.
Sin ninguna publicidad oficial, sin deberle nada a ningún político, ni tampoco a un partido, sin deberle a ningún gobierno, sea nacional, provincial o municipal, estamos en el ciberespacio diciendo lo que otros callan o no pueden decir.
Esto que le cuento a continuación lo publiqué en junio de 1990, digamos, hace un tiempito atrás en que salió un librito de mi autoría llamado Corruptos y mediocres de comunicación, que durante algún tiempo lo usaron algunos estudiantes de periodismo.
Fui echado de tres mediocres de comunicación social: Canal 3, de la potente LT2, ambos de propiedad de la empresa Televisión Litoral S.A. y de LT8, de la empresa Voces S.A.
A pedido de un mediocre ex ministro del gobierno actual de nuestra provincia, fui despedido del programa diario que conducía en la potente LT2, de lunes a viernes, las 16 horas y que llevaba el título HABLEMOS CLARO.
El mediocre funcionario de entonces, junto al actual gobernador, le hizo comprender a los propietarios de Canal 3 y LT2, -a quienes cariñosamente he bautizado Los hermanos Cuesta, ya que a don Alberto cuesta creerle y a Albertito cuesta cobrarle, que para los intereses de la empresa y tal vez de los peticionantes, era mejor que en mi lugar fuera otro que, por supuesto, fuera controlable.
Luego que solicité se lo investigue al Señor José María Vernet, apodado el ladrón por miembros de su propio partido, el de los muchachos peronistas, ya en la empresa se me echa del programa de los días sábados; en este último caso, no se me permite ni tan siquiera despedirme de la audiencia.
De la mediocre LT8 fui sacado luego que denuncié a la opinión pública el tema Construfé. En ese mediocre de comunicación estuve tres días en el programa Verdades y mentiras, el miércoles 1º de marzo, el jueves dos y el viernes tres de marzo de 1989, en este último día denuncié el plan Construfé.
El tiempo demostró que decía la verdad, que tuve razón. El plan Construfé fue una estafa, digamos, que anuncié con más de doce años de anticipación una estafa cometida desde la provincia y que por supuesto, como no podía ser de otra manera, la farsa judicial estableció que no hubo delito.
Los que compraron esos fabulosos departamentos en la esquina de Mendoza y Ayacucho, fueron estafados, perdieron dinero y la ilusión. Me echaron de la radio por decir esa verdad y lo que es más grave, sin darme ninguna explicación, sin dejarme defender la verdad que denunciaba a la opinión pública que como buenos ignorantes que eran los dueños de esa radio, no tenían ni idea de lo que había denunciado. Reitero, el tiempo me dio la razón, más de doce años después, remataron el inmueble de Ayacucho y Mendoza.
Desde esos años que no escucho ninguna de las grandes radios de Rosario. Escuché durante muchos años radios de Buenos Aires, luego escuché la FM la 99.9, que era Radio Clásica, luego transformada en la 100.1 hasta que apareció la 102.7 que era la radio del folclore que se llamaba La Gauchita la que desapareció y por suerte reapareció transformada en la 91.5 y ahora se llama Radio Criolla.
A los periodistas que me gustaría escuchar, por razones de horario, no puedo hacerlo. Reconozco que hay muchos periodistas que hacen, desde su lugar, lo que pueden. Por regla general no están en las grandes radios. Hablan desde alguna que otra FM y con muy poca capacidad económica investigan lo que pueden y se lo trasmiten a sus oyentes.
Muchos sabemos la verdad de lo que ocurre en los medios de comunicación. Cómo se genera o degenera una noticia. Cómo se tapa o se le da manija a una noticia. Cómo se hace para que algo pase desapercibido para la opinión pública. Cómo se hace para silenciar algo que no convenga a los intereses de la empresa. Cómo se lo hace figurar al periodista para no pagarle las obras sociales, ni los aportes que corresponden a su jubilación.
Hay mercenarios que viven a la sombra de la publicidad oficial y sus programas son loas al mandamás de turno, pero son implacables con el pobre infeliz que comete un hecho ilícito. Son verdugos de ordenanzas.
Hay pontificadores que todos los días nos enseñan a vivir por radio o por televisión y tienen la lengua larga y el coraje corto.

Ahora, querida lectora y abnegado lector, le transcribo parte de un reportaje que salió en El Litoral y que puede leer completo acá.

Bajo el título: Binner: "Jamás tomé un teléfono para quejarme por una noticia" El candidato a gobernador y su visión sobre el poder y la prensa
Dijo que "en el tratamiento hacia la prensa, más que prometer, tenemos algo que ofrecer, que mostrar, que es nuestra experiencia. Lo que hemos hecho siempre, en nuestra labor como concejal, diputado nacional o intendente de Rosario: jamás hemos levantado un teléfono para hablar con algún periodista, o menos aún con algún dueño de un medio, por una nota periodística. Es más, nunca hemos levantado una pauta publicitaria por una noticia que no nos gustara. Y, obviamente, que hubo noticias que no nos gustaron. Si dice que no lo hace, por contrario sensu, debo colegir que hay alguien que sí lo hace. Esto es, que si se habla mal del gobierno o de alguno de sus miembros, la pauta publicitaria se levanta.
Pero aquí estriba el más grave error que cometen los políticos en estos momentos. Una cosa es la publicidad de los actos de gobierno que establece nuestra Constitución y otra cosa muy distinta, es la publicidad del gobierno.
Una cosa es que se publiciten los actos de gobierno y otra es publicitar a la Empresa Provincial de la Energía o que Aguas Santafesinas tiene 120 años, que por si fuera poco, son empresas que tienen monopolio en la ciudad, esto es, no hay ninguna posibilidad de contratar el agua o la electricidad con otra empresa.
Para que los pontificadores de la radio o de la televisión no hablen mal de un gobierno, la ciudadanía debe escuchar que pavimentaron rutas o calles, depende quién haga la publicidad, si la provincia o la municipalidad, y esto es algo que no corresponde en una sociedad que se precie de ser democrática y solidaria.
Los cientos de millones de pesos que se gastan en publicitar estupideces, se podrían utilizar en solucionar problemas reales y de fondo que tiene la sociedad.
Una sociedad que dice estar gobernados a nivel provincial por los campeones de la justicia social y una ciudad que está gobernada por los de la rosa socialista en la mano, deberían tener, los del partido justicialista y los de partido socialista, otra actitud frente a los mediocres de comunicación y no temerles.
Pero para quedar bien con los dueños de los mediocres de comunicación, no dudan en gastar fortunas en promocionar estupideces, como si esas estupideces les va a cambiar en algo la forma de pensar a la ciudadanía o les va a cambiar el voto.
Gastan millones y millones de pesos en afiches, en segundos de radio y televisión, en centímetros de papel y estoy persuadido que son muy contados los que los escuchan o se detienen a leerlos y que si lo hicieran, sirviera en algo para cambiar su voto.
Pero bueno, publicitan estupideces y se quedan todos contentos. El dueño del medio que cobra la pauta, el intermediario que la entrega, el de la agencia de publicidad que la creó, el que autorizó la misma y es nombrado como un prócer por los pontificadores y todos están súper sonrientes.
Así debemos soportar publicidades del Quini6, la Lotería de Santa Fe, en una época la de Líneas Aéreas Santafesinas, el Banco Municipal de Rosario, que cada dos por tres hay que acudir a solucionarles el lío de dinero que tienen, no si olvidar la insólita publicidad que se hacía de la Cámara de Diputados, que promocionaba que tenía ideas y proyectos para la provincia.
En la pantalla del televisor se puede ver o se escucha por la radio un lío con la Empresa Provincial de la Energía o un problema de Aguas Santafesinas, y luego aparece el sonriente candidato que explica lo bien que irá todo si lo votan, y luego una pauta de la Empresa Provincial de la Energía o de Aguas Provinciales o del Quini6 o de la Lotería o del Banco Municipal.
Escribo todo esto porque me asombra la chatura intelectual de la clase dirigente provincial, la que no es distinta de la chatura intelectual de los dueños de los mediocres de comunicación ni de muchos de los pontificadores radiales o televisivos.
Salvo raras y honrosas excepciones, el periodismo de Rosario deja mucho que desear. No conozco en profundidad el del resto de la provincia.
Mas que informar, desinforman, más que formar, deforman, más que educar, embrutecen y más que ayudar a pensar, idiotizan, más que despertar, adormecen cerebros, más que ayudar a pensar, ayudan a tener sesos perezosos.
Para terminar, querida lectora y abnegado lector, le transcribo un poema de Armando Tejada Gómez, que si le cambia una palabra, esto es, coloca Irak, no hace falta que le diga cuál tiene que cambiar, le parecerá que el poema fue escrito esta mañana.

El cristal con que se mira
Por ver vivir hay gente que daría
los mejores momentos de su vida,
se estaría sentada en lo mas muelle
de sus anchos traseros, noche y día,
bostezando los telenoticieros
y masticando chiclets a destajo,
sin comprender que el mundo es una hoguera
y que arde, justamente, desde abajo.

Y ya los ve, rumiando las noticias
que las agencias les han masticado,
odiando levemente lo que odian,
los amos del cristal que están mirando:
la guerra en el Vietnam –siempre desde arriba-,
los disturbios raciales, los desfiles,
alguna boda príncipe en Europa
-que tiene su candor-, según se mire.

Por ver vivir hay gente que daría
los mejores momentos de su vida!
Mientras, arde la tierra. Cruje el siglo.
Tiembla la vieja luna celestina.
Los pueblos se desbordan en torrentes
y estallan las raíces, sacudidas
por la fuerza huracán del mundo nuevo
construido a partir de las cenizas.

Ni fu ni fa. A ellos no les roza
este tiempo de furias y de iras..
Creen a pie juntillas que la historia
es según el color del cristal con que se mira.

* Juan Carlos Vennera es abogado.
Publicado originalmente en Interlex

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