viernes, 13 de junio de 2008

La hipocresía argentina

De paso por un diario mejicano encontré una publicidad que solo decía "La hipocresía argentina", hice clic en el título y me encontré con esto:
Enrico Udenio investiga, en este libro, el proceso de la disparidad evolutiva en el desarrollo histórico de la Argentina, Australia y los Estados Unidos. Y muestra cómo la Argentina vio frustrado un destino de grandeza asegurado por una variable impredecible: los mismos argentinos. Un pueblo talentoso y creativo que ha cultivado con desmesurado ahínco la anarquía y se ha dedicado, sistemáticamente, a transgredir sus propias leyes. Sólo él puede, si se lo propone, cambiar su propia historia.
En el siglo XIX, las nuevas naciones organizadas en grandes extensiones territoriales se sentían portadoras de destinos de grandeza. Influidas por el idioma, la cultura, las ideas políticas y la fe religiosa de sus colonizadores, el siglo XXI encuentra a los colonizados por Inglaterra entre los más desarrollados del mundo, mientras que las naciones iberoamericanas siguen luchando por el logro de su crecimiento. El autor de Corazón de derecha, discurso de izquierda investiga el proceso de esta disparidad evolutiva, comparando, en especial, el desarrollo histórico entre la Argentina, Australia y los Estados Unidos.
El caso de la Argentina es el más impactante. Fabricó la utopía de que podía llegar a convertirse en una nación líder del mundo y terminó padeciendo uno de los fracasos institucionales más grandes de la historia moderna. Enrico Udenio explora la responsabilidad que les cabe a todos los argentinos en este resultado. Se basa en la idea de que un pueblo no es inocente de aquello que le sucede y que un signo de adultez es hacerse cargo por las consecuencias de los propios actos. Una gran nación cuyo 34% de la población se concentra en una sola aglomeración urbana, Buenos Aires, genera un país macrocéfalo que no puede progresar de manera equilibrada. Una nación, que declama ser "republicana y federal", pero en la que cada gobierno nacional somete a las provincias mediante los recursos económicos provenientes de los impuestos nacionales, es una nación hipócrita. Un pueblo, como el argentino, que pregona el cumplimiento de la ley pero en realidad las cumple sólo si le resultan convenientes, es una población hipócrita. Un pueblo que constantemente consume más de lo que sus posibilidades le permiten, promueve su quiebra económica y, con ella, la ruptura moral de la sociedad. El autor delinea una serie de propuestas que permitirían a los argentinos cambiar su historia y encaminarse hacia metas más promisorias.

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