jueves, 18 de junio de 2009

El último gran malo

“Hacer de malo es lo mejor que le puede pasar a un actor, porque se transita por lugares en los que habitualmente uno no transita en la vida, te das gustos en la imaginación que no te podés dar en la realidad, te metés en zonas que uno no conoce. Es más entretenido porque es el que se emborracha, se vuelve loco, mata y muere”, dijo Oscar Ferreiro, el actor que murió el martes por la noche, a los 65 años, de manera repentina por un ataque cardíaco.
El último gran malo de la televisión fue el inolvidable Luciano Salerno en Ricos y famosos, en 1996, la tira de Canal 9 que le dio fama y lo villanizó para el público; y Alberto Lombardo, en Montecristo, en 2006 por Telefe, como un apropiador de bebés durante la dictadura militar que tenía a su servicio a Lisandro, el matón que componía Roberto Carnaghi. Pero también compuso al comisario “bueno”, Mario Falcone, de 22, el loco, la telenovela de Pol-ka, por El Trece, en 2001, que protagonizó Adrián Suar.
En cine, su última aparición fue en Tiempo de valientes (Damián Szifrón, 2005) en la que interpretó a otro de sus malvados, Lebonian. Su primera aparición en la pantalla grande había sido en Operación Masacre (Jorge Cedrón, 1972) y en El pibe cabeza (Leopoldo Torre Nilsson, 1975).

Fuente: Crítica de la Argentina

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