martes, 10 de abril de 2012

Bram Cohen: “Mi objetivo es matar a la televisión”

El creador de BitTorrent lanzó un servicio que promete ser una nueva revolución para Internet. Mientras más espectadores miran, más rápido anda
Por: Mariano Blejman
BitTorrent Live funciona exactamente al revés de como funcionaban hasta ahora las emisiones en vivo: mientras más gente está conectada a un mismo servicio, más veloz puede ser la conexión. Impresionante. Este simple concepto podría revolucionar varias cosas al mismo tiempo: “Mi objetivo es matar a la televisión”, dijo Bram Cohen en febrero, un poco en serio y un poco en broma, pero también permitiría realizar emisiones en vivo sin demasiada infraestructura.
Es que más del 40 por ciento del tráfico mundial usa el protocolo BitTorrent que Cohen mismo inventó hace un poco más de una década, cuando revolucionó la forma de compartir archivos. Ahora vuelve con un servicio de “transmisión” en línea que es conceptualmente fabuloso en un momento en el que las aguas de la circulación de información en Internet están “caldeadas”.
La presión internacional del FBI y otras administraciones para que salgan de circulación los sitios de descarga directa como MegaUpload o los distribuidos como The Pirate Bay se vio como una victoria de las empresas defensoras de la “propiedad intelectual”. Pero, como se sabe, entre MegaUpload y The Pirate Bay hay una diferencia estructural: el sitio creado por Kim Dotcom permitía realizar descargas directas (de un solo servidor) y esto agilizaba las transmisiones en tiempo real, sin necesidad de bajar el archivo previamente. La velocidad era considerablemente buena, pero también era sencillo el rastreo de la fuente: una vez descubierto el archivo era fácil rastrearlo y pedir que éste fuese dado de baja. The Pirate Bay, en cambio, era (es) un buscador de archivos que están alojados de forma distribuida a través de este protocolo llamado BitTorrent. Los archivos no están “dentro” de The Pirate Bay, este sólo funciona como un índice. Estas “fuentes” están distribuidas por todo el planeta: una vez plantada la semilla, cada persona que se conecta no sólo está bajando el material sino también compartiendo su material bajado con los demás.
Esa forma de comunicación que inventó Bram Cohen y se llama BitTorrent es la versión más difundida del protocolo peer-to-peer o par a par o p2p. No es para nada una novedad: BitTorrent fue inicialmente planteado por Cohen en el CodeCon en 2001 y en 2002 juntó un poco de pornografía gratis para testear su programa. Ese protocolo fue desarrollado inicialmente para una empresa de seguridad que quería distribuir sus archivos de forma encriptada, de manera tal que no se pudieran destruir las copias de seguridad y a la vez fuese imposible conocer el contenido de los mismos. Actualmente, BitTorrent tiene 150 millones de usuarios activos, y con mayor permanencia que Facebook o YouTube.
Desde su nacimiento, las productoras de Hollywood y de los sellos discográficos han presionado a los proveedores de Internet para que ralenticen las comunicaciones realizadas a través de este protocolo. En la Argentina, todos los proveedores suelen hacer eso, disminuyendo el ancho de banda dedicado, afectando el concepto de neutralidad de Internet en donde cada “paquete” de comunicación debería ser considerado de la misma manera. Pues bien, lo que Bram Cohen presentó hace unas semanas bajo el nombre de BT Live podría revolucionar los consumos culturales a través de Internet: usa fuentes distribuidas, pero no para “bajar” archivos sino para “transmitir” contenido, lo que suele conocerse en inglés como streaming. El 20 de enero pasado se transmitió por primera vez para todo público un concierto de Dean Guitars (fabricantes de instrumentos musicales) dentro de las conferencias de NAMM, cuya fuente no era una sola sino que estaba distribuida en decenas de computadoras alrededor del planeta.
Para que este protocolo funcione correctamente, Cohen tuvo que escribirlo prácticamente de nuevo, ya que la versión existente de BitTorrent tenía problemas de latencia, es decir el tiempo que demora el envío y recepción de los datos. Según la declaración de Bram Cohen en su blog oficial, el objetivo de BT Live es “eliminar un problema fundamental de los servicios de transmisión en tiempo real (streaming) alrededor de Internet, eliminando la necesidad de tener servidores costosos como infraestructura y reduciendo considerablemente las demoras de las transmisiones”. El objetivo del acontecimiento era probar el protocolo que –según Cohen– se ha comportado increíblemente estable y había que probarlo de forma masiva. “El streaming en vivo de BitTorrent trabaja con un modelo distribuido entre aquellos que están viendo la transmisión. Es decir, que la arquitectura de peer-to-peer toma ventaja de los recursos de cada usuario, de cada computadora, de cada red y mientras más gente se suma a una transmisión mejora aún más la velocidad de la misma”, dijo Cohen. BT Live ha estado testeando el protocolo durante semanas en la página oficial en live.bittorrent.com para lo cual hay que tener instalado el programa de BitTorrent, y una aplicación que se baja de su web. Tal vez el costado más débil de BT Live es que si hay poca gente mirando, la velocidad sea menor. Pero el espíritu del protocolo permite que sea más fácil montar una transmisión “directa” para menos gente.
Desde el punto de vista tecnológico, la propuesta de Bram Cohen es disruptiva: hasta ahora se suponía que para “resistir” una mayor demanda de una transmisión había que tener una mayor infraestructura. BT Live va a cambiar esa lógica (siempre y cuando los dejen los proveedores de servicio y no filtren el protocolo): mientras mayor sea la demanda de un servicio, mayor será también la velocidad de transmisión. Esa lógica por ahora está pensada para las transmisiones en vivo, pero no faltará mucho hasta que alguien comience a usarla para la visualización de cualquier tipo de contenidos culturales. El gran desafío de Cohen es hacerle comprender a la industria que BT Live no es un enemigo sino un aliado de la inversión. Desde el punto de vista filosófico, pretende recuperar los pilares de una Internet libre, distribuida y neutral.
Fuente: Diario PáginaI12

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