viernes, 25 de abril de 2014

Eduardo Blaustein: Las locuras del Rey Jorge

Eduardo Blaustein compartió cuatro redacciones con Jorge Lanata: El Porteño, PáginaI12, XXI y Crítica de la Argentina. Autor de libros sobre medios (“Decíamos ayer”, “Años de rabia”), el periodista acaba de publicar “Las locuras del rey Jorge”, un trabajo que describe y analiza, con la mirada puesta en Lanata, tres décadas de periodismo. A continuación, Viernes adelanta fragmentos de dos capítulos: “PáginaI12: bastardos con gloria” y “Crítica de la Argentina; ‘una nueva epopeya comienza’”. El periodista estelar de la Argentina aparece descripto en estas páginas lejos de los panegíricos o las caricaturas degradantes de retratos ad hoc
Por: Eduardo Blaustein
PáginaI12: bastardos con gloria: Distintos trabajos periodísticos mencionan en qué espacios y ante qué interlocutores Lanata habló de su proyecto. Sucedió la primera vez en aquellas reuniones en casa de Eva Giberti, en las que uno de los motivos centrales de las convocatorias era atender la situación del hijo de Eva, Hernán Invernizzi, todavía preso por haber participado del ataque al comando de Sanidad en 1973. Hernán escribía en El Porteño, desde la cárcel, con una foto de su cara tomada en sus años de pibe. Invernizzi confirma que "el núcleo de los que forman Página, que a su vez era el núcleo de los que forman El Porteño, sacando a (Fernando) Sokolowicz, me iban a visitar (a la cárcel). Si vos te fijás quiénes eran, te vas a dar cuenta que tenía que ver con un proyecto que se estaba llevando adelante (...). Efectivamente hubo muchas reuniones. El libro de visitas de Villa Devoto nos mandaría a todos en cana". La alusión a la cana es por la extrema delicadeza o reserva con la que durante años se manejó la información acerca de los apoyos iniciales con que se financió PáginaI12. Fernando Sokolowicz, miembro del Movimiento Judío por los Derechos Humanos, antiguo simpatizante de una fracción del ERP, con un hermano que estuvo preso por su militancia en las FAL, era uno de los que visitaba a Invernizzi. Tenía también vínculos de amistad con sobrevivientes del PRT-ERP.
El tercer e incidental -pero poderoso- espacio de nacimiento de PáginaI12 es el de aquel proyecto de Verbitsky/Duhalde. El periodista Juan José Salinas, autor entre otros libros de "Gorriarán, La Tablada y las 'guerras de Inteligencia' en América Latina", cuenta que fue él quien transmitió la novedad a Lanata y Tiffenberg de que Verbitsky y Duhalde habían pensado en poner en circulación un diarito más jugado que los entonces existentes. (...) Verbitsky confirmó a quien escribe lo esencial del "chisme" que Salinas llevó a los dos fundadores de Página, es decir la existencia de otro proyecto periodístico. "Sí, es así. Hicimos el proyecto, lo diseñamos, estudiamos su factibilidad y financiamiento y cuando quedó claro que era viable yo me borré, porque no quería meterme una vez más en la picadora de carne que es empezar un diario nuevo, cosa que ya había hecho en La Opinión y Noticias, con un divorcio cada vez. Ya tenía 45 años y no quería dejar de escribir. No se llamaba La Hoja (versión Salinas) sino La Opción Informativa. Por eso Lanata, Tiff, Gandhi y Manzana Elizalde vinieron a verme a la oficina que sigo teniendo hasta hoy para que les explicara cómo se hacía un diario y Sokolowicz exigió que yo formara parte". (...) Aclaraciones de las respuestas de Verbitsky vía mail. "Tiff" es Ernesto Tiffenberg. Gandhi es Carlos González, un queridísimo compañero que había militado en el movimiento Paz y Justicia creado por Adolfo Pérez Esquivel y sigue en el diario con el injusto, por pomposo, título de gerente de Relaciones Institucionales. Manzana Alberto Elizalde, otro ex preso del PRT-ERP, fue -a través de Francisco Provenzano- uno de los vínculos en las primeras conversaciones sobre la viabilidad y el financiamiento del proyecto con lo que quedaba de (parte de) la dirigencia del PRT-ERP, con Enrique Gorriarán Merlo como dueño de la palabra final. Historias dolorosas que marcaron a fuego a PáginaI12, no necesariamente a Lanata, más allá de secretos y anécdotas de coyuntura: Manzana no solo que estuvo preso durante la dictadura, sus hermanos y su madre están desaparecidos.
De esta parte de la historia original del diario se hablará un poco más adelante, cuando el terrible sacudón que significó para PáginaI12 el intento de copamiento del cuartel de La Tablada por aquellos mismos que ayudaron al financiamiento del diario. (...) Alcanza con anticipar que durante unos cuantos años Jorge Lanata cumplió con lo que a juicio de quien escribe fue un muy entendible pacto de silencio: no existía ninguna necesidad, en una Argentina donde continuaba la caza de brujas y la amenaza de golpes, de hablar sobre el apoyo financiero que PáginaI12 obtuvo de Enrique Gorriarán Merlo y quienes lo acompañaban. Incluso alejado del diario, en su libro "Vuelta de Página", editado en 1997, George se limitó a anotar seco y limpito esta oración: "En diciembre de 1986 presenté al empresario entonces maderero Fernando Sokolowicz el proyecto de lo que sería, meses más tarde, el diario PáginaI12". Era una parte de la verdad y a su vez un recorte discreto.
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¿Las portadas fueron mero producto del ingenio creativo de Lanata? Básicamente sí, pero también hasta ahí. Se conoce largamente la anécdota de largada, aquella según la cual "nacieron" las portadas de PáginaI12 (...). Tanto Ernesto Tiffenberg como Osvaldo Soriano se referenciaban en los modelos de portada limpia, modelos potentes y/o satíricos de al menos tres publicaciones: Libération, el semanario mexicano Proceso y Le Canard Enchaîné. Y caramba, en la riquísima historia del periodismo occidental y el argentino, desde las catacumbas, en la historia misma de las culturas populares, sobran rastros de impactos en portadas. Es más que probable también que Lanata, en algún lugar de su cabecita, abierto y más sensible a lo popular que a lo doctrinario o argumentativo, pensara en el impacto de las portadas de Noticias (el diario de Montoneros), Crónica o Diario Popular, en donde había colaborado.
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Rubén Furman fue uno de esos batalladores del inicio. Él recibió la credencial 03 de Página. Tiffenberg la 02. Lanata la 01. Como José María Pasquini Durán, que ingresó tiempo después, Furman no era un derroche de delicadezas y ternuras dentro de la redacción. Afuera podía comportarse como un ser humano más que aceptable. Furman es además el primero que contó en forma ordenada y prolija en los capítulos que le corresponden del libro "Grandes Hermanos", de Eduardo Anguita, la historia del financiamiento original de Página. Lanata lo convocó cuando Furman seguía en La Razón y Jacobo Timerman ya había tirado la toalla. A la distancia, Furman también recuerda aquella primera aproximación del concepto de "diario de contrainformación". Pero, dice, "era más un slogan que una certeza. Nosotros (Alberto Dearriba, el Sordo Iglesias) no decíamos eso sino un diario de información progre y desacartonado. La referencia era La Opinión". En algunas entrevistas Lanata contó que los periodistas convocados eran reticentes al famoso asunto del modelo de portada graciosuela. Furman dice: "Nosotros lo queríamos menos jodón, en realidad menos marginal. Pero el Gordo se fue corriendo despacito y quedó bien. Todos descubrimos que para que la joda aguantara hacía falta un diario serio. Ese estilo se hizo, no arrancó. Y se hizo por doble camino: desde los títulos jodones y rompiendo el estilo acartonado de escritura".
Furman reitera lo que recuerdan muchos: "El Gordo no tenía ni idea de cómo se hacía un diario". Eso es tan cierto que Lanata mismo, en varias entrevistas, recordó y aceptó sus ignorancias de entonces, y lo hizo reiterando literalmente esa misma frase de Furman: "No tenía la más puta idea". La aceptación es valiosa, porque como también explicó en varias entrevistas, el hecho de no saber cómo hacer un diario implicaba discutir sin prejuicios y desde los fundamentos qué es un diario. Dicho de un modo menos amistoso: Lanata por regla general pasó del simpático y aceptador "no tenía idea" a sucesivas paradas y estaciones intermedias: yo fundé PáginaI12; yo soy Página; yo sigo siendo Página; Página, hoy, no existe.
(...) Osvaldo Soriano es otra parte importante de la leyenda de los orígenes de Página. Pero acaso haya que considerarlo más como tío canchero, cercano y gran articulista que por el cargo un tanto difuso o decorativo que ocupó como asesor editorial. Como Miguel Briante, Soriano era más bien de horarios arcanos. Según Furman, la participación de Soriano fue una especie de "martingala" de la que Lanata "se colgó porque quedaba bien. Es posible que Soriano le tirara ideas pero jamás puso el culo en la silla para ningún sumario. Yo recuerdo que estuvo en alguna reunión de ideas pero no mucho más. Luego lo veía cuando pasaba". El recuerdo del que escribe es similar: Soriano (mal recordado por Martín Caparrós y Jorge Dorio porque los hizo echar, ya sea por acusarlos de esnobismo o porque publicaron alguna mala crítica de alguno de sus libros) caía a eso de las ocho de la noche como practicando un sonambulismo bohemio con algo de fraternal, como para darle una mirada al cierre del diario y la tapa. Lanata mismo, en un artículo que publicó en sus libros de recopilaciones con el título "Soriano", apenas si traza algunos datos de color, habla de gatos como quien intenta mimetizarse con el personaje Soriano y cuando cuenta qué aprendió de él no hay gran cosa: mejor el uso del verbo en pasado que en presente, evitarás los gerundios, serás extremadamente ahorrativo con el uso de metáforas.
Furman: "Creo que Lanata se dio cuenta rápido de que, en términos de prestigio, decir que hizo PáginaI12 con Soriano vestía muy bien, le prestaba celebridad". (...) Para el libro de Majul ya cambió la versión: era él luchando contra el Perro Verbitsky, en una avant première del K contra el antiK".
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El 28 de agosto de 1993, con un pie y tres cuartos del otro fuera de la redacción y la empresa, George debió salir por primera vez a referirse al asunto de la presunta venta de PáginaI12 a Clarín. Desmintió el asunto con una batería formidable de recursos que hacen pensar en la transparencia, el rigor o la seriedad de otras posibles intervenciones periodísticas de Lanata a lo largo de los años. El diario destinó toda la contratapa al asunto, encabezada por un logo que fusionaba el de ambos periódicos: "ClarínI12". La volanta y título decían "PáginaI12 convoca a reunión de accionistas". La página desplegaba las diversas fotos de quiénes podían ser esos accionistas, un chascarrillo/George que reflejaba el acumulado histórico de chismeríos viejos, flamantes o recién fabulados: Eduardo Angeloz, Alberto Kohan, Fidel Castro, Ernestina Herrera de Noble, Carlos Grosso, Enrique Nosiglia, Jorge Antonio, Terence Todman, Antonio Cafiero, Patricio Echegaray, Francois Mitterrand, Yitzhak Shefi (entonces embajador israelí en Argentina). En el centro de todos ellos, de brazos cruzados y sonriente, Fernando Sokolowicz. Chiste, efectos especiales, despliegue gráfico, "créanme a mí" y una técnica más de Lanata (de ciertos periodismos) ya mencionada, la del contraataque al actor político que para el público del diario resultaba menos creíble, el menemismo.
Decía George: "La respuesta del Gobierno no se hizo esperar: ayer por la mañana la tapa de La Prensa afirmaba que Clarín había comprado PáginaI12. La misma delirante versión había sido comentada, hace diez días, por el secretario Burzaco al corresponsal de una agencia en la Casa de Gobierno. Mientras el menemismo caracteriza al periodismo como única oposición a la reforma (constitucional), intenta poner a todos en la misma bolsa". Y luego, regreso a la ironía: "Fue al revés: PáginaI12 compró Clarín. Es más, lo vamos a cerrar porque es aburrido y está lleno de clasificados -respondió este periodista a las radios que lo interrogaron sobre el punto".
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Crítica de la Argentina: 'Una nueva epopeya comienza'": Se sabe: Crítica duró poco, terminó siendo un fracaso importante en la trayectoria de George, anticipado en diversos indicios: sus calidades opinables; la venta, que se fue haciendo escasa; cierta inocuidad del último de papel como referencia de lectura entre audiencias que pudieran influir o irradiar; el doble boicot del Grupo Clarín y del gobierno kirchnerista; el propio aburrimiento o vacío de Lanata, que siguió haciendo radio mientras arrancaba el proyecto y al año fue como teledirigiendo la cosa. Hubo el debut de George en "La rotativa del Maipo". Finalmente vino su despedida como director, con sonorísima puteada al Grupo Clarín.
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El 6 de abril de 2008, de nuevo: el perfil recortado en negro de Néstor Kirchner, encima el viejo loguito trompetero de Clarín, como derritiéndose. "Investigación. En medio de la pelea, la verdad sobre la relación entre Clarín y el gobierno que más lo favoreció". Título: "Enemigos íntimos". Tres párrafos destacados dirigidos a resaltar la "fusión irregular entre Cablevisión y Multicanal", "el hostigamiento a la fiscal que se opuso a firmar" (por Alejandra Gils Carbó, hoy Procuradora General de la Nación) y "la interna en Papel Prensa". George parecía querer ocupar un espacio vacante, contra el kirchnerismo y contra el Grupo Clarín al mismo tiempo, sea que eso fuera "periodismo" o estrategia empresaria.
13 de abril de 2008. Es la primera de varias portadas dedicadas a pegarle de lleno exclusivamente al Grupo Clarín. Foto de la planta de Papel Prensa y otras dos de técnicos o científicos tomando muestras de agua contaminada. "Exclusivo. Un análisis oficial confirmó 'un alto grado de contaminación' generado por la planta de Papel Prensa". Título principal: "Botnia en San Pedro". "Peor que Botnia" fue el titular principal de portada apenas cuatro días después, el 17 de abril. Con el primerísimo plano de José Antonio Aranda, directivo del Grupo Clarín, manoteando la cámara del fotógrafo de Crítica (...). Epígrafe bajo la foto de Aranda: "José Antonio Aranda, director de Clarín, defendiendo la libertad de prensa".
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Fue así. El texto de la nota que redactó George ("La historia se escribe en papel") decía: "En esta historia el 'periodismo independiente' se hace trizas, la libertad se vuelve una broma pesada y el doble discurso reina y se multiplica, en un eterno juego de espejos". Tras reconstruir la historia de la conformación de Papel Prensa, desde el viejo peronismo a la presidencia Lanusse, otra vez peronismo y el inicio de la última dictadura, Lanata le pegaba con gusto al Grupo Clarín, tomando entre otras dos fuentes principales: la investigación del fiscal Ricardo Molinas y lo escrito hacía muchos años por el periodista y exmilitante montonero Juan Gasparini. Releída a la distancia, la nota deleitaría a los seguidores del programa "6,7,8", incluyendo el episodio narrado por Gasparini de la reunión terrorífica ocurrida en las oficinas del diario La Nación, cuando Lidia Papaleo fue (en palabras escritas por George) "convencida para firmar el preboleto de venta sin chistar". George mencionó también en su extenso artículo el recuerdo de la solicitada publicada por Clarín en mayo de 1977 (la incluí en mi libro "Decíamos ayer. La prensa bajo la dictadura") que decía que "la transacción se celebró a la luz pública y con el consentimiento previo y posterior del Estado". Otro toque "6,7,8", o palabras de George, o (diría él), simple periodismo: "El primero de agosto de 1978, en la tapa de La Nación, puede verse una fotografía cívico-militar de inauguración de la planta".
Seguía Lanata: "Papel Prensa es uno de los casos de corrupción más graves de la historia argentina -escribió, junto a su hijo, el fiscal Molinas en su libro "Detrás del espejo"-. Pone de manifiesto las relaciones y procedimientos empleados por los grandes grupos de poder". Después acudía a otras fuentes igualmente revisadas y recordadas en todos estos años de discusión sobre el poder del Grupo Clarín: "'Crónica se editará, dentro de pocas semanas, con el papel más caro del mundo', escribía en octubre de 1986, en la tapa del vespertino, su creador, Héctor Ricardo García. García, como Julio Ramos, fundador de Ámbito Financiero, fueron de los pocos editores que se animaron a denunciar el negociado de Papel Prensa en público". La nota tenía otros datos menos conocidos e interesantes: "Durante el menemismo representaron al Estado en la empresa Alejandro Mac Fairlane, yerno de Hugo Anzorreguy, y Luis Juez, ex intendente de Córdoba".
(...) Más adelante, en el mismo artículo: "En julio del año pasado, cuando la Secretaria de Medio Ambiente decidió empezar a preguntarse si la planta de Papel Prensa en San Pedro era contaminante, el diario (por Clarín) respondió con una investigación sobre los 'extraños manejos' de Romina Picolotti en sus gastos y nombramiento de funcionarios nuevos. Ahora, frente a un nuevo análisis, las presiones se multiplicaron, pero a nivel técnico judicial y en las sombras" (...) "El otro motivo del encono de Clarín con este diario refiere a que Crítica de la Argentina informó hace unos días sobre la llegada a la Corte de la causa que investiga la filiación de los hijos adoptados de Ernestina Herrera de Noble, a quienes un sector de las Abuelas de Plaza de Mayo presume como hijos de desaparecidos. El secuestro de niños y el hecho de impedirle a una persona conocer su identidad tampoco es un asunto privado".
(...) El 22 de junio de 2008 Crítica salió en tapa con una noticia muy fuerte que siguió dando que hablar con los años, pero nunca en los medios dominantes. Esa portada volvía a apelar al irresistible ícono nacional de los billetes de dólar pero esta vez eran dólares lavados secándose en una soga de colgar la ropa. No fue una tapa menor, fue la dedicada a la denuncia del ex JP Morgan, Hernán Arbizu: empresarios y clientes de altísimo nivel acusados de lavar dinero. Carlos Bulgheroni, los Blaquier, Eduardo Constantini, Marcelo Mindlin, los Bemberg, José Cartellone. También figuraba Ernestina Herrera de Noble entre doscientos involucrados. Aquella denuncia del diario, titulada "El Morgangate", sólo fue seguida a partir de cierto punto por los medios oficialistas -con suerte escasa para las instalaciones mediáticas- cuando fue oportuno pegarle al Grupo Clarín. Casi todos los demás, George incluido, callaron para siempre. La causa judicial, ante la falta de interés de los grandes medios, permanece en dulce molicie, con leves convulsiones.
(...)
El 16 de abril de 2008 George tuvo, como se anotó, otra oportunidad para pegarle al Grupo Clarín desde una columna que tituló "El pequeño señor K".
"Clarín, finalmente, reaccionó a la tapa del domingo de Critica de la Argentina. Lo hizo con su estilo: nunca de frente, sin dar nombres, usando eufemismos. Es un diario donde se vive en el pasillo, y se susurra miedo burocrático al poder, propio y ajeno. El trabajo sucio le tocó a Ricardo Kirschbaum, editor general. La nota se titula 'De antinomias y oportunistas'. Allí, Kirschbaum se refiere a la 'feroz campaña' contra el diario, una oficial y otra paraoficial (...) Que Clarín acuse a este diario de oficialista es realmente gracioso. Que no advierta que ellos mismos cobijan al verdadero Boletín Oficial, también".
George continuaba el artículo de este modo, siempre desde la independencia absoluta:
"Y Kirschbaum no lo desconoce, desde que Clarín -o Héctor Magnetto, da igual- decidió comprar la totalidad de PáginaI12. Él -en aquel momento, número tres del diario- fue una de las seis o siete personas que estuvieron al tanto de toda la operación, hecho que me consta. Lo gracioso, también, es que Kirschbaum hable de periodismo independiente: según su curriculum, publicado por la Fundación Konex, entró a Clarín en 1976 y hasta los ochenta fue redactor, jefe y secretario de la sección Política, además de columnista del área. Una lástima, ¿no? Los mejores años de su carrera avalando los negocios y los asesinatos de la dictadura. En la sección Política, para colmo. ¿Cuántos supuestos 'enfrentamientos' habrá publicado Kirschbaum?". Interrupción de la cita, otra vez para tener al menos mínimamente en cuenta que George hablaba de hacer periodismo en los años de la dictadura cuando él trabajaba, cierto que jovencísimo, en Radio Nacional. Fin de la interrupción.
(...)
El malestar hizo que se hablara (o susurrara) más sobre las deficiencias del diario, o el poco rigor con que se trabajaban algunas portadas, antes que sobre el peso de los accionistas en la línea editorial. Ya habían pasado las inaugurales semanas impetuosas en que se veían las agradables caras sonrientes de algunos de ellos: el exjuez Gabriel Cavallo, Pablo Jacoby, Marcelo Figueiras, dueño de laboratorios. Por la presencia como accionista de Figueiras fue que de movida George nos pidió que no publicáramos notas sobre los descomunales sobrecostos de los medicamentos en el país. Y como ya sugerí en "Años de rabia", no puedo fingir asombro indignado ante ese pedido de autocensura ya que entiendo las necesidades de viabilidad comercial de los proyectos periodísticos. (...) George acaso estaba en otra parte bastante antes de anunciar su despedida y por supuesto que esto no quita ni su compromiso inicial con el proyecto, ni su entrega al trabajo, ni el estresazo que más que seguramente padeció. Ya anunciada su salida, el 12 de abril de 2009 nuevamente usó un medio gráfico propio como plataforma de promoción de su retorno a la tele. "Hace seis años que me preguntan cuándo vuelvo a la tele", se reiteró desde un titular tal como lo había hecho en algún retorno de "Día D", adjudicando el retorno no a la propia voluntad o deseo personal sino a la demanda del pueblo, tal como lo haría un político tanteando una candidatura. La cabeza informativa de la nota publicada a toda página y escrita por Marcelo Panozzo, subrayaba la idea de que Lanata volvía tras una larga proscripción impuesta por el gobierno kirchnerista. El programa anunciado era "Después de todo", el que emitió Canal 26, todos los días media hora. Faltaba poco para que el Gordo formalizara su salida como director del diario y ya tenía buen conchabo. En la entrevista volvía a subrayar, humilde, que "la gente se pregunta 'qué pensará este boludo (George) de tal cosa'". (...) Un recuadro de la nota sobre el regreso a la televisión estaba dedicado a la defensa propia de George por su participación protagónica en "La rotativa del Maipo". Con un remate conocido ante las críticas: "Si a esta altura, después de treinta años de laburo, no puedo hacer lo que tengo ganas, me tengo que matar".
Fuente: Suplemento Viernes, Diario Ámbito Financiero

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