viernes, 15 de septiembre de 2017

Estado de la libertad de expresión en Argentina 2017

Censura, amenazas, restricciones, ataques físicos y detenciones policiales contra periodistas en la cobertura del caso Maldonado y del conflicto social
Juan Pablo Mourenza y Ezequiel Medone fueron detenidos mientras trabajaban durante la marcha por Santiago Maldonado
La Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa denuncia la existencia de censura, amenazas, restricciones al trabajo periodístico, ataques físicos y detenciones policiales que están sufriendo diversos periodistas que llevan a cabo la cobertura de la desaparición forzada de Santiago Maldonado en el sur del país y de diferentes conflictos sociales.

El periodista Dante Lobo de canal 4 de Esquel fue censurado y sacado del aire en los últimos días. Lobo y su equipo habían llevado a cabo la cobertura de los hechos del 1º de agosto, que luego fueron aportados como elementos de prueba por la familia de Maldonado a la causa.

También había hecho una entrevista de gran relevancia a uno de los jefes de Gendarmería, el comandante mayor Diego Conrado Héctor Balari, en la que éste afirmaba que la entrada a la comunidad mapuche se había realizado siguiendo expresas instrucciones del ministerio de Seguridad de la Nación.

Lobos ya había recibido restricciones a su trabajo periodístico en ocasión de intentar hacer la cobertura informativa del caso. El día 16 de agosto cuando junto a su equipo se dirigía a cubrir un operativo ordenado por el juez federal Guido Otranto, en la comunidad mapuche Pu Lof, fue interceptado por personal de la Policía Federal y de la Policía de Chubut quien le impidió continuar el paso. El personal policial adujo que cumplía órdenes del juez Otranto. Este grave hecho fue denunciado por el Sindicato de Prensa del Oeste del Chubut.

Los trabajadores de prensa de FM Alas, de El Bolsón, recibieron amenazas directas por el tipo de cobertura que están realizando del caso. “Están tirando demasiado de la cuerda. Después a llorar a Plaza de ^Mayo. Están avisados”, decía un mensaje llegado al celular de la emisora, cuando informaban sobre un incidente relacionado con el mismo. “Es parte de una cadena de intimidaciones que ya recibimos”, dijo Esteban Santamaría, uno de los integrantes de la radio.

El mismo día miércoles 16 de agosto, en Cushamen, Chubut, integrantes de la revista Cítrica fueron intimidados por personal de la policía provincial y la Gendarmería. Los efectivos policiales no les permitieron circular libremente por la ruta cuando intentaban acercarse al lugar donde fue visto por última vez Santiago Maldonado, quien permanece desaparecido tras la represión de Gendarmería contra la comunidad mapuche del Lof en Resistencia.

El periodista Rafael Saralegui, quien viajó a la zona para una investigación periodística para chequeadocom, también denunció presiones por parte de personal de la Policía de Chubut y Gendarmería.

Se agrega la existencia de presiones en algunas ocasiones abiertas y en otras más veladas a los trabajadores de prensa tanto de emisoras privadas como estatales respecto de la cobertura que debe darse al caso, que exceden los límites de una línea editorial y significan un avasallamiento a la libertad de expresión y el trabajo periodístico.

Agresiones y detenciones a periodistas
Los trabajadores de prensa venimos registrando un incremento de las agresiones físicas y detenciones por parte de distintas fuerzas de seguridad, en ocasión de la cobertura de conflictos sociales.

En el marco de la represión que efectuó la policía de la Ciudad de Buenos Aires el pasado viernes 1º de septiembre, al finalizar la marcha en reclamo de la aparición de Santiago Maldonado, se produjeron una gran cantidad de detenciones arbitrarias. Entre los detenidos había seis compañeros/as que se encontraban cubriendo periodísticamente los hechos al momento de ser arbitraria y violentamente “cazados” por los efectivos policiales. Estuvieron incomunicados hasta la madrugada del lunes, detenidos en condiciones pésimas, sufriendo violencia psicólogica y maltratos inadmisibles. Todo por estar registrando el accionar de los supuestos servidores de la ley.

Uno de los objetivos de las agresiones y detenciones fue infundir temor entre los periodistas para evitar que queden registros de la violencia policial en imágenes como lo muestra el especial hincapié en las agresiones a fotográfos y camarógrafos. Esto se vio claramente en los acontecimientos del 1º de setiembre pasado en la ciudad de Buenos Aires.

Estos son los compañeros/as que se encontraban realizando tareas de prensa cuando fueron detenidos/as:
Juan Pablo Mourenza y Ezequiel Hugo Medone, trabajadores de prensa de Antena Negra TV, integrantes de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), detenidos en Avenida de Mayo y San José. En la filmación de Medone -que estaba siendo transmitida en vivo a través del Facebook de la RNMA se escucha claramente a un policía gritando “ese también está filmando, agarralo”.

Daniel Lara, reportero gráfico y estudiante de la escuela de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), detenido en Avenida de Mayo y Perú.

Sofía Gamboa, fotógrafa, detenida sobre la Avenida de Mayo en el momento que comenzaba la represión. Tiene tres impactos de balas de goma en la pierna. No recibió asistencia médica. Le colocaron los precintos cortándole la circulación. Junto a los demás detenidos fueron amenazados por una policía que les decía que iban a terminar como Santiago Maldonado.

Paola Barriga Montero, fotógrafa y documentalista, integrante del Centro Integral Marcelina Meneses, se encontraba registrando cómo un policía reducía a un manifestante cuando recibió una patada en el brazo izquierdo y cayó al suelo, su cámara quedó destruida. Fue detenida brutalmente por personal policial masculino.

Carlos Ardila Guerra, fotógrafo de la Asociación de Trabajadores del Estado, detenido cuando se estaba retirando de la Plaza de Mayo, sacando fotos y videos en el lugar. También fue amenazado por policías que le decían que iba a terminar como Maldonado.

La brutalidad policial contra la prensa fue una constante durante la represión como lo muestran los siguientes hechos:
Dos trabajadores de prensa de la TV Pública recibieron gas pimienta en sus rostros. Se trata de un asistente de cámara y de un camarógrafo, que estaban registrando los hechos sobre la Avenida de Mayo.

Una movilera de Canal 13/TN también resultó afectada por el gas pimienta arrojado en sus ojos por la policía, tal como quedó registrado en varias transmisiones televisivas.

Un fotógrafo de la Colectiva Fotografía a Pedal recibió por parte de la policía un balazo de goma en la nuca.

A un periodista de la Agencia de Noticias Redacción (ANRed) le llenaron el cuerpo de balazos de goma y le arrojaron gas pimienta cuando preguntó adónde trasladaban a los detenidos.

Durante la represión, los trabajadores de prensa que se encontraban cubriendo los hechos fueron filmados de forma intimidatoria por la policía.

Violencia física policial contra periodistas

El 10 de agosto, precisamente el Día Internacional del Cronista de Exteriores, Ignacio Gallardo, movilero de la radio X5, fue agredido por el Comisario Orgóñez de la policía bonaerense, dentro de la Municipalidad de La Plata, quien lo agarró del cuello y lo empujó cuando se encontraba cubriendo una protesta. Los demás policías actuaron en complicidad, llegando a amenazar a todos los trabajadores de prensa que se encontraban realizando su tarea.

El 26 de julio la Guardia de Infantería de la Policía de la Ciudad reprimió una movilización de los trabajadores/as de Pepsico frente al Congreso de la Nación. Ni bien comenzó la represión tres efectivos lanzaron gas pimienta en la cara al reportero gráfico Rolando Andrade, trabajador de Clarín. En el desalojo de la planta, perpetrado el 13 de julio, la policía golpeó y gaseó a las obreras y obreros de Pepsico y también a trabajadores de prensa, como sucedió con el equipo de Telefe Noticias.

El 3 de junio, al finalizar la marcha por Ni Una Menos, un policía federal le roció gas pimienta en el rostro a la compañera Alelí Acuña de Télam e Infonews, luego de que ella le sacara una foto. Luego, volvieron a tirarle gas pimienta, al igual que a los otros reporteros gráficos presentes en el lugar. El 8 de marzo, en ocasión del Paro Internacional de Mujeres, la policía realizó una brutal cacería, deteniendo sin ningún motivo y hostigando a 20 mujeres, entre ellas a dos compañeras, Josefina Nicolini, fotógrafa de Rumbos, y Laura Arnés, periodista del suplemento Soy, ambas de Página 12.

Las fuerzas actúan amparados por el “Protocolo de actuación de las fuerzas de seguridad en manifestaciones públicas” del Ministerio de Seguridad que, pese a carecer de toda legalidad, simboliza la vía libre para maltratar a los trabajadores de prensa.

El tristemente célebre corralito en el que nos quieren encerrar, o “zona determinada”, como lo llaman en el escrito, no es más que un aval para las restricciones y agresiones contra los trabajadores de prensa por parte de las fuerzas policiales. Tal como ha ocurrido en la ciudad de Santa Fe donde los trabajadores de prensa denunciaron restricciones y limitaciones al trabajo periodístico en ocasión de la visita del presidente Macri a la capital provincial.

La impunidad se cimenta en hechos como la reciente absolución de dos policías de la Metropolitana, y las leves penas que le dieron al tercero de ellos, en el juicio que se llevó adelante por disparar balas de plomo contra dos reporteros gráficos de la Red Nacional de Medios Alternativos en el desalojo de la Sala Alberdi, o en las dilaciones que hay en la causa que investiga el ataque por parte de una patota (que contó con zona liberada por la policía) a la redacción de Tiempo Argentino y Radio América.

A este panorama de agresiones, censura y restricciones a la prensa generadas por las empresas, funcionarios y fuerzas policiales y de seguridad se suma las, cada vez, mayores restricciones que padecen periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos a la hora de cubrir los actos presidenciales y de algunos gobiernos provinciales.

A su vez, nos ha tocado sufrir la prepotencia policial no solamente cuando estamos ejerciendo nuestro trabajo, sino también cuando protestamos por nuestros derechos: en oportunidad de la última movilización de la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa la Policía Federal realizó acciones de provocación y maltrato hacia trabajadores de prensa que se manifestaban pacíficamente.

En el marco del incremento del accionar represivo del Estado en contra de los reclamos populares, los trabajadores de prensa de todo el país, sindicatos y medios comunitarios, alternativos, populares y autogestivos, reclamamos al gobierno Nacional y de los respectivos distritos, que cesen este tipo de acciones.

Basta de censura, amenazas, restricciones, ataques físicos y detenciones policiales en la cobertura del caso Maldonado y del conflicto social.

Por más y mejor periodismo.
En defensa de la libertad de expresión.
Aparición con vida de Santiago Maldonado.
Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa

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